"NOCTURNOS"

Caminé hacia la estación del metro. La cortina de acero cubría un poco la entrada; estaba por cerrar. Tomé el boleto y bajé corriendo las escaleras hacia el andén. No había nadie. El reloj electrónico de la estación marcaba las 11:59 p.m. Escuché el sonido del tren acercarse. Se detuvo frente a mí. Se abrieron las puertas y entré a un vagón vacío. Me senté. Volteé al final del siguiente vagón y él estaba ahí, como siempre, escuchando su i-pod. Levantó la cabeza y nos miramos a los ojos. Su mirada me atrajo, me levanté, caminé hacia el y me senté a su lado. Recargué mi cabeza en su hombro, él sintió mi temblor y me abrazó. Levanté mi cara y busqué sus labios. Nos besamos en un beso eterno y desenfrenado. Su aliento recorrió mi cuello. Sentí un frío dolor y un río caliente brotó de mi piel. Me besó de nuevo y pude sentir sus afilados colmillos en mis labios. No me importó ni me asustó que fuera un vampiro, lo único que yo necesitaba era alguien que me acompañara en esa y otras noches frías. Mordió su muñeca, me miró a los ojos y la besé.

Paola R. C.
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