lunes, octubre 16, 2006

El tío.

- La verdad yo no quería venir.

Violeta se mostraba un tanto inquieta junto a su hermano, ambos se encontraban abrazados ante el ataúd negro donde ahora yacía el que en vida fuera su tío Jacobo.

- Lo sé Violeta, pero en verdad no teníamos opción alguna, era nuestro tío después de todo.

Jaime aunque mas tranquilo, se encontraba irritado, las funerales jamás fueron de su predilección, no desde que su padre falleció, y los tres quedaron al resguardo del hermano de este, Jacobo.

El tío, como cariñosamente le llamaban todos los niños del vecindario, siempre vestido en sus desgastados pantalones de mezclilla azul deslavada y su sweater oscuro que combinado con las camisetas blancas y las pantuflas roídas por el paso de los años le proferían un aspecto temible para aquel que no lo conociera.

- A papá no lo fuimos a ver.

Espeto de repente Violeta visiblemente molesta, un flequillo de su cabello había caído sobre su frente y trato inútilmente de quitarlo soplándole, lo cual solo le resto la seriedad que hubiera querido aparentar ante su hermano, el cual no pudo dejar escapar una leve sonrisa.

- Éramos muy pequeños Violeta, mamá no nos dejo acompañarla, ella tenia sus propias razones.

- Tuve un sueño Jaime.

- ¿Qué soñaste?

- Bueno, en realidad no fue un sueño, sino una pesadilla, y fue horrible.

El rostro de Violeta cambio del de una tímida chiquilla asustada al que pareciera el de una mujer cansada y afligida.

- Dios, ¿Estas bien? De repente te noto muy pálida.

- Estoy bien Jaime, es solo que, soñé que el tío Jacobo…

- ¿Qué pasa, qué con él?

- Pues, que me violaba y que me torturaba y al final me enterraba en medio del lote baldío tras la casa.

Las lágrimas le rodaron por las mejillas, de repente era otra vez esa tímida chiquilla asustada, Jaime la apretó fuerte contra su pecho y lloró con ella.


En el fondo de la funeraria la tía Matilde le dio un jalón a su hermana, Dolores, solteronas ambas, vivían de rentas de un par de departamentos en la ciudad.

- Mira, como quería Jaimito a su tío Jacobo, pobrecillo tanto que ha sufrido, la muerte de su padre, la desaparición de Violeta, y ahora esto, el pobre hasta habla solo.

Dolores asintió con un leve movimiento de cabeza sin perder de vista el bordado que hacia para recordar el día de la muerte de su hermano Jacobo.

Alejandro González
http://www.alexglx.blogspot.com

3 comentarios:

Unknown dijo...

Acortame el nombre a: Alejandro González. Simple es mejor.

From the brain of Alfrek dijo...

Buen relato, aunque con el doble de palabras más de las que se especificaron en las instrucciones

Unknown dijo...

Soy pesimo editor, nunca leo dos veces lo que escribo, de hacer tal cosa terminaria por no escribir nada. E incluso nadie se tomo en cuenta la ironia que hice de mi mismo(mi mismo ¿Que pedo?) en el primer comentario.