lunes, octubre 16, 2006

Un Ataúd lleno de ladrillos

Su epitafio no decía nada, solo estaba su nombre, al parecer nadie estaba llorando, solo se escuchaba el murmullo del padre tratando de decir algo, nunca supo que decir, nadie creía que al menos se mereciera un poco de simpatía, incluso después de muerto.

Unas voces resonaban con un poco más de fuerza en el recinto, justamente se encontraban atrás de mi, al parecer hablaban cuan sanguinario fue y que tantas personas había en su lista de crímenes. “Monstruo” llegaron a llamarle, y otro tantos apelativos que ni siquiera vale la pena mencionarlos.

“Miedo” era el común denominador, llegue a escucharles decir que hacía mucho tiempo no había crímenes de tal magnitud, desde hacia mucho la gente no se escondía en sus casas por miedo a llegar a ser un folio más dentro de los archivos policiales.

Parecían ser personas comunes, pero hablaban con tal asombro como, si hubieran presenciado un momento que quedara guardado en la historia. Hablaban como si hubieran sido ellos quienes le hubieran puesto fin a la existencia de aquel hombre. Pero nadie sabia que no encontraron el cadáver, todos pensaban que la pesadilla había acabado y que todo se iría al olvido...Pero sigo vivo.

Fernando Domínguez
www.drakkaragridulce.blogspot.com

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Genial!

Fer dijo...

ay creo que l cague con mi direccion del blogspot....

www.drakkaragridulce.blogspot.com

ese es el de a deveras...jo
lo siento

Beam dijo...

De acuerdo. Saludos.

Anónimo dijo...

Muy bueno. El titulo suigiere que el asesino sigue vivo, con un titulo que no de ninguna pista estaría genial. Realmente me senti en ese funeral con ambiente tan tenso.

From the brain of Alfrek dijo...

Me imaginaba el final, pero la narración está muy chida.

xd dijo...

chido tu cuento amigo :)

Anónimo dijo...

buen final, el titulo muy ad hoc aunque no obvio, y me gusta como el final ambiguo.