lunes, noviembre 20, 2006

SENCILLO



Era la primera vez que lo hacía, quizás sea la última, el asunto era demasiado fácil pero siempre solicitan hombres.



Lo primero que hicieron fue darme una fotografía del lugar. Era un edificio fuera de lo común. Una especie de cúpula estilo victoriano, o mas bien un triángulo enorme sobresaliendo entre otros edificios, como una pirámide egipcia rodeada de modernidad. La verdad no me importó en lo más mínimo. Lo único que quería era salir bien librada de eso.

Nunca había estado en ese lugar. El país es nuevo para mí, lo único que tengo a favor es que me defiendo bien con el idioma, aunque probablemente ni hablaría.



Tomé un mapa y lo estudié. Ubiqué la dirección.



En mi tiempo libre, mientras se terminaba de arreglar el “papeleo”, tomaba un taxi y me dirigía al lugar. Caminaba por las calles cercanas, observándolo de lejos. Veía a la gente entrar y salir del edificio. El tráfico de autos era mínimo, tal y como se observaba en la fotografía.



Ellos me llamaron de nuevo para hacerme evaluaciones psicológicas y físicas. Me metieron mano en cuerpo y mente. Lo sentí absurdo. Me dieron instrucciones para realizar el trabajo, además de una discreta y pesada maleta; todo lo que necesité estaba ahí.

Ese día llegué y subí hasta el último piso. Toqué en una puerta; que se abrió inmediatamente. Entré y el hombre estaba tendido en la cama. Dejé la maleta en el suelo. Me acerqué y me quité el abrigo.


Paola R. C.
http://seasoninginside.blogspot.com

10 comentarios:

Beatrice dijo...

zantero: ya somos dos lent@s.

Paola: Me gustó tu relato y creo que muchos dejamos a la imaginación ciertas partes o el final del relato.

Cazador de Tatuajes dijo...

No se si sea la forma del texto o que la tele deveras ya nos atrofió el cerebro, Pero me uno al trio de lentos.

Despues de leerlo tres veces me doy cuenta que es uno de los mejores resultados de este ejercicio. Saludos

Luis dijo...

Juar, a lo mejor se debe a que soy fan de la novela de espionaje y de la novela negra, pero desde un principio lo vi como lo que era.

Perfectamente podria ser parte de algun cuento de Robert Sheckley o Roger Zelazny.

Anónimo dijo...

Muy pero muy buen texto, Paola, me recordó a La Femme Nikita, aunque cambiaría algunas frases ("me defiendo bien con el idioma") para que la protagonista afirmara su aspecto de enigmática mujer de mundo.
Me dejó picado y con el interés de saber que diablos llevaba en la pesada maleta, aunque creo que si tan pesada era entonces para nada era discreta porque, o la cargaba como bulto de cemento o de plano se agachaba y se iba de lado, querida amiga.


Vaya volando a dejar su opinión al texto "Yanumiro Matsumoto"

Paola R. dijo...

Muchisimas gracias a todos por sus comentarios.
En primera me da gusto que mi relato haya ocasionado lo que quería... dejar pensando, que ojalá no haya sido mucho ya que no es tan complicado.
Sencillo, en fin, aunque no aclaro la misión, esa era la mía, hacer volar la imaginación, que al final de cuentas es lo que queremos en esto.
Muchas gracias de nuevo y saludos.

Marco Portillo dijo...

este tiene sabor a más, está intrigante, bueno

mE! dijo...

Me ecantó.
Nada más que eso.

Paola R. dijo...

Gracias Marco.
Gracias Marian.

E. dijo...

Me encantó el ambiente que le diste, buen texto.

Anónimo dijo...

Parece ese tipo de relato con el que puede iniciarse una buena novela y que al final de esta se logre descubrir el misterio, eso que nos dejaste a la imaginación.
Me gustó.