“EL HOMBRE DE TRAJE RASGADO"

La nieve caía copiosamente, me estacioné en la oscura calle y entré al bar llamado “El Noruego”, caminé entre los pequeños hombres, que borrachos, cantaban tristemente una canción. Él estaba ahí, en la última mesa, bebiendo una botella de whisky; a su lado había una mujer que le bailaba.

Su aspecto era sucio y desaliñado, su traje estaba desgarrado; nunca se pensaría que ese hombre alguna vez fue feliz. Me senté a su lado; me miró enojado, fastidiado.



— ¿Qué quieres aquí? — Me preguntó.

—Tienes que regresar.

— ¿Para qué?, ya nada tiene sentido.

—Por favor, todavía hay gente que cree en ti.



No contestó nada, pidió otra botella y bebió. Me quedé ahí, inmóvil, esperando alguna respuesta. Estaba decidida a no salir de ahí sin él; sin embargo ya no quise decir nada, tal vez el silencio era necesario. Me quité la bufanda, y el gafete de mi trabajo saltó a la mesa. Él lo tomó. Se quedó mirandolo por largo rato. Sus ojos se humedecieron. Varios minutos después se levantó. Me quedé sentada.



—Vamos.



Salimos y subimos al coche. Lo llevé a mi casa. Se tomó un baño y se puso la ropa que le tenía preparada. Me pidió un café cargado y se comió los chilaquiles que le hice.



Manejé entre la blanca ciudad. Llegamos frente al edificio. Las luces navideñas tintineaban dejando distinguir el nombre del lugar: “Hospital de Oncología Pediátrica San Benito”. Bajó del auto, acomodó su traje rojo y rió fuertemente.




Paola R. C.
Visita mi blog en la siguiente dirección:
http://seasoninginside.blogspot.com