Las luces de colores parpadeaban alrededor del arbol de navidad adornado con una increible cantidad de esferas. A un costado de la chimenea, ahora apagada, aunque llena de cenizas.
De la chimea, vestido con su traje rojo y blanco, y con su gran barba blanca abundante y esponjosa como algodón de azucar, San Nicolas salia con su gigantesco morral a cuestas.
Con gran sigilo coloco junto al arbol los regalos para los niños de la casa, Manuel y Adriana.
Cuando se dio la media vuelta para salir se detuvo al ver a Adrianita, de apenas cinco años frente a el.
- Santa – dijo Adrianita muy seria.
- Tu deberias estar dormida – dijo riendose.
- Chingas a tu madre, tu no eres santa.
- Si hija, si lo soy.
- Que no, todos mis amigos me dijeron que mi papa era Santa y tu no eres mi papa.
- Si soy santa, y no soy tu papa, el debe estar en su cama, con tu mama.
- Mis huevos – dijo Manuel apuntandole con la pistola de su papa – Mi papa nos abandono y creiamos que regresaria para navidad. Asi que ¿donde esta mi papa?
- No se hijo, ten cuidado con eso, se te puede disparar.
Manuel dio un paso hacia santa, pero se tropezo con un zapato que habian dejado tirado, jalando el gatillo.
Al dia siguiente, el papa regreso encontrandose con el cuerpo de un obeso vestido de rojo a media sala con un tiro en media frente.
AMARGHOST
No hay comentarios.:
Publicar un comentario